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Nebulosa

  Carlos Román era el nombre del padre de mi padre, metafísico y sabio como todo anciano, tenía como pasatiempo cargar tabaco y hachís en su pipa Crisol antigua para luego conversar acerca de sus cosmovisiones, tal como su amigo y artista favorito Xul Solar. De su basta imaginación emanaban innumerables pensamientos mágicos y es justo en este tema donde quiero centrar mi relato: su idea acerca del pensamiento. Mi abuelo defendía enérgicamente que el pensamiento era una entidad independiente de nuestra existencia, lo definía como una nebulosa del cosmos, tal vez influida (pero no generada) por los agujeros negros supermasivos, con cualidades diversas y poco conocidas, de las cuales el cerebro humano, en un momento determinado (entre los 2 y 3 años de edad) podía codificar ciertas partes. Si tuviera que usar mi burda imaginación para dar un ejemplo concreto de esta noción, diría que el cerebro, alrededor de los 2 años de desarrollo es como un router que gestiona el tráfico de datos...

El Ocio Legal

Llevaba cierto tiempo investigando el sistema endocannabinoide, cuando Steven, un amigo, me presentó una cuestión no menos importante y misteriosa: hacía varios meses que dejaba tucas en determinados lugares de su patio, y desaparecían sin dejar rastro. Debatimos la posibilidad de que hayan sido arrastradas por el viento, comidas por los perros e incluso quizá las fumaba y no podía recordarlo (la pérdida de memoria es común en consumidores recreativos). Él negaba toda posible explicación alegando con certeza la existencia de un ente: "un goblin" más precisamente, un duende mitológico protector de la naturaleza. En un principio lo absurdo de la idea me dió gracia, pero por la seguridad de su convicción accedí a la pesquisa. Pasamos un día entero sentados en su patio fumando y tirando tucas en el suelo, debatiendo sobre la posibilidad de acceder a lo absoluto en los sueños o sobre qué tipo de movimiento sería coherente si montamos el rey sobre el caballo en un tablero de ajedre...

Viaje

Era un domingo de algún otoño, transcurrían entre las 15.30 y las 17:00 horas, el clima estaba excelente (como para tomar mates en algún lugar al aire libre, en ojotas, short y pulóver), el cielo estaba aún cubierto por desdeñosas nubes grises, reminiscencia del chaparrón ocurrido aquella mañana. La ruta 16 estaba curiosamente poco transitada. Aceleraba perspicaz la Ford modelo 72 que heredé de mi abuelo, azul marino exterior e interior, excepto los asientos de cuerina negra curtida por los años y los glúteos (vestigios de almohadilla por doquier), alcanzaba una velocidad máxima unos 70 kilómetros por hora si querías que llegue a destino entera. Me dirigía en ese momento a la casa de un amigo que vivía en la ciudad consiguiente, a unos veintiséis kilómetros de distancia de mi ciudad natal. Tuve suerte de que no hubiera aquel día control policial o de tránsito, ya que mi deplorable condición de argentino de algún modo me obligaba a viajar con la licencia de conducir vencida, el segur...

Pardes

En el Templo Pashupatinath, durante un viaje que realizaba por Nepal, se me acercó un aldeano viejo y de barba blanca tupida con un sombrero cilíndrico color bordó, y cargaba una mochila estilo militar color verde musgo de gran tamaño con objetos colgantes extraños, me dijo su nombre (supongo) y algunas otras cosas que no pude comprender ya que no hablo nepalés y tampoco encontré una guía que hable español; tiró de mi camiseta (de la selección argentina de rugby) e hizo varios gestos raros abriendo y cerrando las manos. Se quitó la mochila, volteó y la abrió, sacó de ella una especie de libro pequeño: evidentemente era un diario y estaba escrito en español, me lo dio y seguía recitando frases que yo no entendía en absoluto; Seguidamente gira de nuevo hacia su mochila y me ofrece un frasco de tapa negra cargado hasta la mitad de flores de cannabis, miré rápidamente hacia los lados para asegurarme de que nadie esté observando, mientras el sujeto hacía gestos insinuando que lo tome. Guard...

TimeTravel

 Aquella tarde del 15 de septiembre decidí armar un blunt y navegar por Google Play Store para revisar aplicaciones poco conocidas, me encontré con una llamada "TimeTravel": podías realizar viajes en el tiempo. La descargué a mi móvil y la instalé, era una simple emulación que, a través de imágenes te situaba en distintas etapas históricas ilustradas con pirámides en el caso de que te envíe a Egipto en la Edad Antigua, o distintos paisajes feudales en caso de estar en la Edad Media, la dejé en desuso porque me resultó algo fastidiosa. Pasados unos días, la mañana del 21 de septiembre alrededor de las 10am me llega al celular una notificación extraña que decía "¿ya probaste TimeTravel dentro del depósito de tu garaje?". Esto llamó mi atención porque efectivamente, hay un depósito en mi garaje, pero, ¿Cómo lo sabían? ¿acaso me estaban vigilando? Esto me pasa por no leer la política de privacidad, pensé. Aún así, la curiosidad me consumía y me dirigí hacia el depósito ...

Consciencia Universal

Consciencia Universal Cierto día de abril, mientras realizaba mis rituales vespertinos: encender un sahumerio y meditar unos minutos, tuve una epifanía que difícilmente logre proyectar con elocuencia en lo discursivo, pero trataré de recitarles lo ocurrido: Eran alrededor de las ocho de la noche, encendí la hornalla de la cocina y puse un pedazo de madera de Palo Santo sobre el fuego, esperé un momento y cuando se encendió lo removí, lo agité para apagar la llama pero ésta no cedía, incluso aumentaba su tamaño considerablemente y comenzó a tornarse de colores muy extraños: amarillo verdoso con tonos violeta y luego bermellón; maravillado con esto y creyendo que se trataba de una reacción química del aceite propio del árbol, resolví agitarlo con más fuerza, se apagó. Caminé por cada parte de mi casa esparciendo el incienso hasta llegar a mi habitación, cerré la puerta y me acomodé en mi sillón dispuesto a meditar, cuando repentina y muy claramente oigo una voz, muy familiar pero que...

El favorito de Dios

 Julio Malez es un joven de 26 años oriundo de Formosa Capital en Argentina, según sus palabras. Ferviente estudioso de la espiritualidad, al tratarse de una materia que abarca tantas culturas y cosmovisiones, se centra puntualmente en los escritos de San Agustín, Swedenborg, Elizabeth Kübler Ross y el Pentateuco (debido quizás a su raíz católica). Julio asegura ser el hombre favorito de Dios, y se fundamenta a través de relatos cargados de buena fortuna, entre sus historias hay cuatro que destaca constantemente. En la primera, cierto día de su infancia (tal vez a los 10 años de edad) vagaba por el monte con su primo cazando pajaritos, asegura que al costado de una laguna hirió a una paloma en una pata con un proyectil lanzado desde la gomera, lo que dio inicio a una larga persecución, la paloma iba trastabillando entre los árboles mientras él la perseguía enfocando la mirada en lo alto y atento a cada movimiento de su objetivo, en cierto momento, con la mirada fija en la copa de u...